12 de marzo de 2011

¿De qué color es tu camisa?


Al leer la noticia del boicot a la asamblea convocada por UGT en Torretriana, donde pretendían explicar la nueva Ley de Reordenación del Sector Público Andaluz, no he podido evitar un escalofrío que me ha recorrido todo el cuerpo.

Uno es funcionario de carrera desde el siglo pasado y buena parte de esa etapa la vivió en la dictadura y claro recuerda cuando no era posible expresarse libremente y que decir tiene manifestarse o reivindicar algún derecho laboral.

Esas vivencias y las luchas posteriores para superarlas son las que me hacen incomprensibles algunas actuaciones, por ejemplo, no puedo comprender una manifestación ante el Parlamento de Andalucía, que para mi representa la democracia conseguida, la libertad tanto tiempo deseada, la palabra sobre la violencia.

Estas noticias me traen recuerdos nefastos que creía olvidados para siempre, la mentira sistemática, la manipulación interesada y, cuando todo falla, intentar acallar las voces discordantes con la violencia, tal y como ha ocurrido en Torretriana.

Tengo que reconocer que existen algunas diferencias con ese pasado, que se ve que muchos no conocen y otros añoran nostálgicamente. No visten camisas como uniforme, hoy lucen camisetas, que no son negras, ni azules, ni pardas. Son naranjas, son blancas o son moradas. Tienen cruces, que no son gamadas.

Cualquiera de nosotros puede percibir que el camino que se ha seguido en la construcción de estos grupos y en su ideología, conduce de manera consciente al intento de reavivar ideologías, llamémoslas, contrarias a la democracia.

Cuando la verdad poco a poco se abre paso entre los empleados y empleadas públicas andaluces, la inquisición actúa e intenta acallar las voces que la defienden. No lo van a conseguir. Por nuestra historia sabemos bastante de esto. Los demócratas hemos sufrido cárcel, persecución y muerte por esta causa, por lo que no podemos por menos que solidarizarnos con los compañeros de UGT.



Noticia publicada en El País